El inicio.
En
agosto 29 de 2014 y después de varios años de querer hacerlo. Al fin tome la
decisión de inscribirme a un maratón. La idea original era correr un medio
maratón y después esperar y hacer uno completo. Pero desde que andaba en ese
proceso, tenia casi terminada mi inscripción del medio maratón (jamás había
pasado de 15k en toda mi vida de corredor, jamás pasaba de carreras). Tengo amigos que corren, y tengo algunos que corren
maratones, que contaban historias de cómo vivían sus carreras, y si valorabas
el esfuerzo pero algunas otras cosas no te hacían sentido como simple mortal.
Mis
antecedentes en el deporte es bastante variado, fútbol, americano, fútbol
rápido, pesas, jogging (jaja antes lo refería de esa forma, ya que comparándolo
a lo de hoy veo que trotaba en ese
entonces) y una primer etapa como corredor (2007 a 2010). Siempre he sido de la
idea de mantenerme haciendo ejercicio, tengo la intención de llegar a una edad
madura como un auto clásico, lo mejor cuidado y funcional posible.
Entonces,
tome la decisión. Me inscribí a dicho maratón, con muchas dudas al respecto
precisamente por que desconocía lo que implicaba correr dicha distancia,
escuchaba muchas ideas, frases, veías en las noticias lo que sucedía con
algunas personas que en el mejor de los casos abandonaban o simplemente perdían
la vida en el intento. El maratón siempre me sonaba en mi pasado como
inalcanzable, muy complicado, simplemente no era algo que pudiera hacer. Para
de mis diversas razones de prepararlo y correrlo era buscar un reto lo
suficientemente titánico para emprender y lograrlo. Entonces cancele mi
inscripción al medio maratón de la ciudad de México y pensé, “ya estoy aquí”, “hagámoslo” . Entonces me inscribí, me emocionó mucho el anotarme y
contarlo a mis amigos y/o conocidos. Voy por el maratón. Naturalmente recibí
comentario del estilo “¿estás loco?,
¿tú?, ¡wow, que padre!. Comentarios de todo tipo a favor y en contra,
respetables los comentarios. Pero en ese entonces iniciaba mi idea y/u obsesión
de hacer un maratón.
Entonces
se dio el maratón de 2014, pase por la ruta en Insurgentes, muy cerca de la
Roma. De entrada me tocó un caos vial para poder acercarme, y que decir para
moverme hacia Periférico Norte. Pero logré estar unos 10 minutos viendo a los
corredores pasar, viéndolos y contagiándome de lo que quiera ser en un año, estar
como ellos.
Al
lunes siguiente inicié mi entrenamiento ,use los tenias que tenia, un pants de
algodón, mi iPod y unos audífonos. Cabe señalar que en junio de 2014 corrí la
primer carrera de La Salle, pero me fue fatal con solo 5k y más de 35 minutos
por más rápido que pude ir. Entonces sabía que tenia que trabajar mucho.
Comencé, al principio no corría mas de 3 días a la semana, luego paso a 4. Y el
kilometraje y ejercicios de entrenamiento no eran lo suficiente para un maratón
pero si para iniciarme en esta “aventura”,
que desde ese entonces así me
refería a todo este proceso. Me pedí dos cosas de esto, que tendría la humildad
suficiente para aprender desde cero, y disfrutar de todo el proceso. Entonces decidí buscar bibliografía, siempre
pensé que el objetivo sería cumplido con mi aprendizaje y consejos que vaya
recibiendo. Recordé que tenia varios
libros que iba adquiriendo pero uno fue mi libro base “El libro del corredor” de Jeff Galloway, fue el libro que tome como
base para todo este proceso más todo lo que sume. Dicho libro explica desde que
uno es un trotador mortal, y es cierto, al principio no le creía, pero muchas
cosas que describe el libro sucedieron, desde el como uno se viste al iniciar
(pants largo, playera de algodón, algo más para taparte y una chamarra), hasta
la parte actual (un short, una playera, el gamín y lo tenis). Dicho libro
explica lo que sucede en tu cuerpo al correr, a nivel químico, a nivel
fisiológico, a nivel mental. Es un libro muy completo que aunado a un consejo
de mi amigo Arturo (múltiple maratonista) me aconsejaba: “escucha a tu cuerpo” me dio la base de inicio a todo esto.
Entonces
y para bien de los vendedores de ropa deportiva, tuvo que venir la inevitable
compra de equipo deportivo para correr. Cualquiera puede correr, cualquiera con
la ropa adecuada puede salirse a correr, pero para el objetivo que buscaba, si
era necesario comprar algo más acorde a. Entonces compre tenis, shorts,
playeras, pulsómetros, más tenis, más playeras, y cada vez crecía el equipo,
para frio, lluvia, calor y todo lo necesario para correr, esto fue sucediendo a
través de todo el proceso aclaro.
“El
sope”
A
principios, corría en el Naucalli (Satélite) todo los fines de semana, entre
semana corría por mi casa, pero veía cada vez más la necesidad de correr entre
semana si quería llegar a mi objetivo. Entonces inicié a ir a la segunda
sección de Chapultepec, a la pista del “Sope”.
La pista tiene 2k, y desde que llegabas al lugar, el sonido de la arcilla al
ser pisada por los corredores, era algo que me hacía pensar, que era el novato
en tierra de veteranos. Recuerdo el primer día, no sabía que onda, como se
llegaba, donde cambiarme, que hacer. Recuerdo que mi primer entrenamiento,
desgasté mucho los tenis viejos que llevaba, y acabe molido con solo 6k, era
algo diferente, entendí en ese entonces que ese era un buen lugar para
entrenar, y que los fines debía buscar muchos lugares para entrenar. Entonces
el comencé a frecuentar la pista casi todos los días (en un principio con 2
días a la semana bastaba, llegue a ir hasta 6 días a la semana), diario llegaba
y pacientemente hacia de 8 a 16k pero con la sensación de incertidumbre, en el
sentido de que si lo que hacia era lo correcto, entonces me acercaba a otros
corredores que se veían con más forma, me explicaban muchas cosas, y algunas me
hacían sentido conforme también leía mi libro. Pero seguía en mi postura
humilde, por aprender y adentrarme a este mundo.
Entonces
“el sope” se convirtió en un lugar
que frecuentaba mucho, me gusto mucho la pista, recientemente deje de ir por
las obras de remodelación, pero vaya que es un magnifico lugar para entrenar.
Comencé a variar la ruta, los espacios que recorría, hacia toda la sección del
bosque, hacia el centro hípico, la feria, los lagos, el papalote, constituyentes,
hacia el panteón, hacia el castillo, prácticamente disfrute mucho el hacer todo
esto, conocí el bosque, disfrute mucho el ir a esa zona de la ciudad, pero lo
que no sabía es que pronto descubriría a mi verdadero enemigo natural. Resulta
que la arcilla de la pista me afecta de forma agresiva a mis pulmones, gracias
a un neumólogo que una compañera del trabajo me facilitó, encontramos que lo
que pensábamos que me sucedía de Asma-bronquial, era una alergia al polvo y
sumado a la contaminación ambiental de la CDMX, el resultado se da en
automático. Dicha alergia me retiró por
26 días, donde no pude hacer absolutamente nada de ejercicio, perdiendo días
valiosos de entrenamiento. Fue horrible sentir que el tiempo pasaba y la meta
se alejaba en ese entonces (todo este año fue aprender mucho), no dudo que
cambiaron cosas, de hecho no me fue posible asistir a mi primer medio maratón
en enero, que a la distancia considero que aún no estaba listo para hacerlo
tranquilamente.
Hoy
el sope es un lugar que disfruto mucho, agradezco tener espacios así en la
ciudad, pero también entendí que debía entrenar en una diversidad de espacios
posibles, entonces busque muchos lugares como el bosque de Tlalpan, el mismo
Naucalli, Ciudad Universitaria, Viveros, entre otros, la intención era hacer a
mi organismo a prueba de cambios y texturas en el terreno a competir. Eso lo
considero un acierto, mis pies se adaptaron muy bien a las circunstancias, al
grado de que rara vez me duelen o me sale una ampolla, no se si sea por otra
razón pero el buscar todo tipo de terrenos ayudó.
Agradezco mucho los paisajes, muchos muy hermosos o inspiradores, en todos lados donde se podia corría, siempre cargaba un par de tenis y una muda en la cajuela del auto. Adicionalmente a esta idea, ningún caracol fue aplastado por mi pisada, todos los que me encontraba al entrenar fueron salvados :).
Lección de humildad
En
septiembre de 2014, se corrió la que fue mi primer carrera dentro de esta
aventura, mi retorno oficial, la de La Salle no contó por que nunca prepare esa
carrera, medio corrí algunos días previos y ya. Estuve muy nervioso ese día,
dormí poco, mis papás y mi novia me acompañaron, pude ver a mi amigo Arturo
para la foto. Salí nervioso, no competía
en una carrera de 10k desde 2010, de
pronto la arrancada, me llego una sensación que no tenia desde los kart, un
tipo de adrenalina para empezar una carrera, pues iniciamos. Fue una carrera
bonita, la disfrute mucho, llegamos sin problemas a la meta y en general le
tomé mucho cariño a la carrera, espero repetirla este año.
Me
sentí muy bien, hice menos de una hora, un buen tiempo considerando mis
condiciones, me comencé a sentir muy confiado, corría en ayunas, dormía lo que las fiestas o la vida laboral
permitía, a veces mal comía, entre otras cosas. Entonces una semana previa al
Corona Capital, no cene la noche anterior, no desayune, pensaba correr en el
sope, pero acabe en el Naucalli, pensaba hace 15k como máximo, sentí confianza
y comencé a correr hasta hace 21k en mucho tiempo, cabe señalar que inicie a
las 11:00 am, sin alimento alguno,
entonces viví lo que semanas después entendí que pase lo que en el maratón es
el muro, en ese entonces pensaba que era otra cosa, resulto que hice un
esfuerzo muy grande para mi en ese entonces, brinque irresponsablemente de 10k
a 21k sin hacer un proceso de adaptación. Por alguna razón tuve suerte de
llegar todavía manejando a casa, pero al llegar, me desplome, en una escena
llena de sensaciones horribles, sensación de mareo, cansancio extremo, entre
otras cosas que sientes que desfalleces, se me ocurrió decir en casa “y
esto es solo la mitad de lo que pretendo”,
no paso la escena de tomar algo con mucha azúcar, un electrolit (que es
mi lifesaver desde entonces cuando es
requerido), y fue una lección muy fea pero lo suficientemente clara para dejar
el mensaje “el maratón es un tema muy en
serio”. Deje pasar días para recuperarme, pensé muchas cosas al respecto,
pero me quedo bastante claro que mi vida se jugaría si no me preparo bien para
el maratón, seria otro de esos casos que salen en las noticias, que haría pasar
un mal rato a mis seres queridos. Entonces tome con más seriedad el asunto.
El aprendizaje.
Tenia
claro que debía hacer kilometraje, acumular experiencia y hacer todo lo necesario
para enseñar y adaptar al cuerpo a semejante cosa. Comencé a acumular
kilometraje, debía hacer de 80 a 100 kilómetros semanales para poder llegar a
la justa con rodaje. Acumular experiencia, corrí 4 medios maratones, obviamente
en el primero iba muy agobiado, por que en tiempos de entrenamiento era
demasiado lento pero en competencia ya sea por la adrenalina o alguna otra
causa, mi velocidad era bastante aceptable, pensando en que no bajaba mucho de
peso, aunque en ese sentido inicie el proceso con 92 kilogramos, a semanas
previas del maratón pesaba 82 kg. , esos medios maratones me daban cada vez más
confianza, ya no vivía episodios de espanto, y era claro que mi jugada debía
ser el acostumbrar a mi cuerpo a semejante distancia, entonces inicie con los
rodajes largos. El primer rodaje largo fue pasar de 21k, hice 25 kilómetros,
comencé desde mi querido sope hacia el zócalo de la CDMX; vaya que fue muy
pesado, como que un factor emocional comenzaba a suceder, ya que en esa zona de
la ciudad iniciaría el capitulo final de esta aventura. Vaya que aprendí mucho
durante estas salidas, cada vez me aventuraba por más distancia, análogamente
como si fuese cada vez más a mar adentro, a lo desconocido, cada rodaje largo
era una experiencia y un nuevo reto para mi, dado a que incrementaba las
distancias sin llegar a cubrir la distancia final, de algún modo quería vivir
la experiencia de correr un maratón, siempre reserve ese momento para el gran
día. En todo momento fue aprender algo nuevo para mí, desde el como
organizarme, el como administrarme, el qué comer, el tratar de descansar más,
el no beber en las pachangas, muchas cosas que se fueron dando. Pero sobretodo,
el descubrimiento de mi persona a cada paso o caída que tuviese en el proceso
para lograr esta meta, enfrentando temores, sinsabores, de una forma
entretenida y agradable, esto fue importante, era importante el disfrutar todas
las actividades que debía realizar para este cometido.
El playlist.
Todo
aquel que me conoce, sabe que la música es un tema serio en mi vida; como una
coincidencia agradable, la temática del maratón de este año era relacionado con
este tema el cual desde mis trece años me considero agradecido por tener dicha
pasión. Aclaro que la música no fue la razón para correr un maratón, lo hubiera corrido con cualquier otra
temática. Ahora retomando la parte
musical, fue un gran acompañante, claro hice varios entrenamientos sin usar o
escuchar música, pero se dio la oportunidad de que sea un espacio para escuchar
música nueva, o discos que tenia mucho que no escuchara. Muchas carreras que
serían algo nuevo para mí, buscaba de alguna forma que la música sea la
correcta para acompañar el momento y/o contexto del recorrido, recuerdo mi
primer carrera en esta nueva era, utilice todas las canciones que eran
primordiales en la era anterior. En una carrera nocturna, opté por escuchar
completo el Dark Side Of The Moon, en
el cual fue una de las experiencias más gratas, pese a que ese día la corrí ya
con la alergia presente y con un avance importante. La música, el radio, y todo
aquel sonido inspirador fueron significativos en toda esta travesía.
El gran día.
Llego
el gran día, dormí poco la noche anterior, no tanto por nervios, si no para
evitar que me quedara dormido. Prepare todo lo que aconsejaban previo al
maratón, dormí todo lo que pude, me distraje, visualice mi llegada, me repetía a mi mismo “este día llegaremos a la meta, sin sustos, por nuestro propio pie y
agradeciendo a la vida por este momento”. Semanas previas a esto, visite a
mi “gordis” (mi abuelita qepd), fui a
platicarle esta aventura, y lo que pretendía, prometiendo lo que previamente he
compartido en estas líneas.
Desperté
el 31 de agosto a las 04:00, desperté para leer dos textos inspiradores que
había encontrado en un blog y de uno de mis amigos maratonistas, mis padres me
acompañaron a la salida de meta, previamente había ido en tres ocasiones;
seguramente los nervios comenzaban a aparecer. Llego el momento de despedirse,
di un buen abrazo a mis padres, con mi promesa de que seria muy consciente de
lo que estaba por ocurrir durante las siguientes horas en nuestras vidas.
Salgo
finalmente a las 7:58, en mi bloque negro, el último bloque, sabiendo que este
es el bloque donde es más factible que la barredora
te levante y haga evidente de que no fue el día correcto para debutar. Salgo tranquilo
e inicio el playlist en el iPhone; Shine
on your crazy diamond de Pink Floyd es una buena canción larga,
sin alocarse y lo suficientemente relajada para que no me invada el sentimiento
de velocidad. Pero, iniciaba el primer “detalle”, pasando el kilómetro 3, en
sentido contrario (o sea al inicio), veo a la temible barredora, la cual
psicológicamente me hace pensar que ya nos va a levantar, entonces tomó la
decisión (errónea a la postre) de incrementar mi ritmo. Comienzo a rebasar
competidores, todos los que considero más lentos que yo, siento mucho disfrute
de la ruta, pero, llegamos a mi coco, no
se en que consista, seguramente es algo mental. En absolutamente todas las competencias donde debo
cruzar por circuito Ghandi, algo me sucede, no se, es como un bloqueo o algo,
entonces por el kilómetro 18 me vino un bajón
de energía horrible, sentí un poco de mareo; obviamente era evidente de que
mis reservas de glucosa se estaban agotando. Quizá si, quizá no, pero recordaba
aquella mala experiencia de octubre del año pasado, me revoloteaban esas ideas,
y justo en la zona donde por alguna razón algo sucede, entonces recordando el
consejo de Arturo, opté por caminar un poco, y al ver el kilometraje (18k),
tuve una de las etapas que tanto comentan: “¿cómo,
aún falta mucho?”, me recupere y retome mi ritmo el cual me tenia con un
tiempo acorde a mi rendimiento de las carreras anteriores, tomé la decisión de
ajustar la estrategia, para recobrar energía dado al error del inicio, opté por
seguir adelante sin perder el objetivo. Pasaban los kilómetros, mantenía un
ritmo conservador para lograr la meta, mantenía un ritmo que siguiera avanzando
bien, pero alerta de mis recursos, de mis reservas de glucosa. Debo señalar que
de Gandhi al Castillo (los adoquines del
mal), tuvo un cambio drástico en el ánimo de los corredores a mi alrededor,
un silencio muy raro, tensión, una sensación diferente, de aviso, trate de no
hacer caso, pensaba en ese momento en llegar a Reforma nuevamente (km 24), para
ir poco a poco. La carrera la fui dividiendo en bloques de 5 kilómetros, y
mentalmente funcionó, jamás quise pensar que faltaban 41 kilómetros o algo
similar. Seguía avanzando, y llegamos a la Roma, el camino es estrecho, es
complicado avanzar, entre los competidores que van más lento que uno, la gente
que nos apoya y los despistados, se torna complicado moverse. Y finalmente,
llegamos a Insurgentes; previamente a la carrera, pensaba que el llegar a esta
parte, estaríamos cerca de tierra prometida, y si que se acercaba el momento, y
llegamos al “mítico”, kilometro 32, sinceramente, no tuve nada raro, quizá por
que en el 18 sucedió un cambio de fuente de energía, no lo se aún, lo que si
era evidente es que mi ritmo ya no era el de los primeros 25 kilómetros,
entonces debería de dosificarme aún más, pero el ver que estaba a menos de 10
kilómetros de lograr la meta me alentaban a avanzar pese a que la ruta
comenzaba a tener una leve inclinación se comenzaban a ver todas esas escenas
que te cuentan, lees o escuchas en las noticias, corredores caer, vomitar,
siendo detenidos por el muro. Mentalmente pensaba, no me sucederá por que
quiero ser consciente de todo y cuidarme para llegar bien a la meta. Cada paso
era más difícil que el anterior, ya comenzaba a caminar por tramitos para
mantener el paso, era complicado; más adelante se vislumbraba el kilómetro 37;
al revisar el garmin, noté que ya media 37.8 kilómetros, entonces caí en la
cuenta de que no iba por 42, sino por 43 kilómetros. La música seguía
acompañándome, poniendo canciones en buen momento, y que muchas de ellas fueron
parte de mi soundtrack de esta
aventura. Regresando al kilómetro 37,
sonaba a la distancia una ambulancia, evidentemente había sucedido algo, yo
esperaba que no fuese algo malo, que lamentablemente lo fue.
El
kilometro 40 se aparecía, y era cuando más pensaba en que la gloria se
acercaba, mantuve un paso más ágil, comenzaba a sonar el balcón del cafeta, canción que me recordaba a mi abue, pensaba
que me acompañaba y al fin. Ciudad Universitaria, y por ende la meta y mi
familia me esperaban, intente rebasar a mas competidores, al final opté por
llegar sereno, agradecido de todo el aprendizaje que tuve en este año de mi
vida, llegue, cruce a la meta, y agradecí gordis,
a quien mucho de este logro fue dedicado. Vi a mi familia, o mejor dicho ellos
me vieron cruzar, sus almas descansaban, después de 5 horas lo cual tardé en
llegar (estimaba hacer 4), mi sonrisa era evidente, lo logré, hice mi primer
maratón, aún no se si soy otro, aún no me la creo en este día que continuo
escribiendo este larguísimo texto, tan largo y extenuante como un maratón. Hoy
viernes que ya ando cerrando este texto, me voy enterando que no corrieron más
que 10’000 corredores la distancia completa, se entienden algunos espontáneos
en la ruta, algunos que se salen a medio camino por que solo van a probar la
ruta. Pero no comprendo a todos esos que solo corrieron una parte de la ruta
para cruzar la meta y recibir su medalla, eso es un reflejo de cómo estamos de
fregados en esta sociedad, se ve como algo cool,
algo casual, algo para el selfie para el Facebook. Creo es que este
punto depende de cada quien, cada quien que se hace güaje al respecto.
Gracias
Doy
gracias por que pude preparar este enorme reto que acabo de lograr, es
titánico, muy complejo, ser de esos 10’000 que si corrieron completa la ruta,
que como muchos maratonistas novatos; nos aventuramos a lo desconocido, a los
límites del cuerpo, de la mente y del corazón. Leía muchas frases al respecto
de cómo correr un maratón “con las
piernas, con la mente y con el corazón” (en esas tres fases), y si creo que
es así, viví la experiencia más retadora que recientemente he tenido, tiene
muchos significados, de entrada el correr en mi ciudad, el cerrar en Ciudad
Universitaria, lugar que marco una parte de mi niñez; es el resultado de lo que
he enfrentado en años recientes (un paro respiratorio, apendicitis
aguda/peritonitis, asma, entre otras
cosas que se han ido superando), recuerdo cuando en 2013 tenia que pararme de
mi cama en el hospital donde debía caminar algunas vueltas, en un tramo del
hospital, en algunos momentos comenzaba a tratar de mejorar mis vueltas con
todo y las dolencias que tenia y logré hacer un convencimiento interno para
sacar las cosas, esto ha funcionado actualmente, para este maratón me visualice
llegando entero, justo cuando aquella vez que estaba por ser operado, me
visualicé de la misma forma, caminando por mis propios medios.
Doy
gracias a toda esa gente que a través de la ruta, desinteresadamente se
desmañanaba con nosotros, nos ofrecía con el corazón aliento, un dulce, fruta o
las palabras necesarias para no desistir en tan complicado reto, de hecho en la
foto donde muestro mi merecida medalla, tiene algunos dulces que decidí
conservar como símbolo de que aún existen las buenas personas. Hoy escuche una
idea fabulosa acorde a la fiesta del maratón, la idea era “al ver a tanta gente haciendo su tarea para apoyar y sacar el maratón
adelante, me hace pensar que en México nos hace falta mucha más gente de esta,
tanto corredores como gente así”. Si lo creo, y mucho de verdad gracias,
hasta por los kleenex, las palmadas, un abrazo de una chica por el kilometro
31, las palabras de una señora en el camino, las sonrisas de los niños al verte
y ofrecerte con sus manitas una gomita de lombriz – de esas ninguna quedó,
todas me las comí J”,
los policías que se cruzaban a levantar a los corredores, a dar masajes, los de
la vaselina que daban, los masajistas espontáneos, en fin, a todos ellos que
nos apoyaron en la ruta, muchas gracias.
Agradezco
a mis gordos (mis panchos, paternos pues), a mi hermana, Fernanda y a Juanito,
a mi Vira, a los amigos (ustedes saben quiénes son) que me apoyaron; por su
paciencia durante este año para preparar este proyecto, por la paciencia y la
empatía para comprender lo importante que era esto para mi y permitirme hacer
lo necesario, por preocuparse por mi, por cuidarme cuando tenia dolencias o me
sentía mal, por respetar el proceso, algo que fue importante, por acompañarme a
cada una de las carreras de preparación que pudieron acompañarme, por las desmañanadas,
las comidas, los apapachos, todo eso se
agradece y parte de este logro es gracias a ustedes. A mi “gordis” donde quiera que estés. Los amo.
Gracias
a todos esos que me inspiraron ya sea con su experiencia y/o ejemplo, a Arturin,
a Carlitos (shake), Maggies, a todos esos señores del sope o de mi salvaje ruta
de los fines que me compartían su experiencia, todo eso sirvió y fue valorado. Ya
los alcanzaré, es mi idea, seguir corriendo.
También
debo agradecer a mis detractores, o aquellos que cuestionaban este tema, si
sería real, o solo era algo por alguna otra razón el hacer este aventurado
trayecto, aún no se cuantos años esté en esta etapa de mi vida, me gusta
correr, disfruto el sonido de la pisada, el sentirme libre por unas 2 a 4
horas, el poder pensar muchas cosas, el disfrutar a la lluvia en mi cara, el
sudor en el cuerpo, incluso los dolores de las lesiones, los disfruté todos y
cada uno de esos momentos. Mi idea es seguir en este asunto, ya estoy con el
compromiso de 2016, 2017 y 2018, con la intención de seguir mejorando, de
mejorarme y renovarme a mi mismo.
Finalmente,
si llegaron al final de mi enorme relato, gracias por leer mi experiencia,
quería compartirlo con ustedes.
Disfruté mucho leyendo ésto, gracias. Actualmente estoy en la etapa de los medios-maratones (llevo apenas dos y espero hacer otros dos antes que acabe este año), y a ver si me animo para el maratón en 2017.
ResponderBorrarSaludos!!
Disfruté mucho leyendo ésto, gracias. Actualmente estoy en la etapa de los medios-maratones (llevo apenas dos y espero hacer otros dos antes que acabe este año), y a ver si me animo para el maratón en 2017.
ResponderBorrarSaludos!!
Hola!, me da gusto que lo hayas leído, y ya estés rumbo al primero. La verdad se aprende mucho, yo voy por el tercero, me emociona mucho, y que bueno que lo leíste y apoyo algo. Abrazo
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