28 septiembre 2015

Señor sol

Siempre me he pronunciado ser un seguidor del señor sol. Gracias señor sol, por llegar a tiempo y dar una enorme claridad de todo lo que trabajaremos.

Y pese a que los días estén nublados, se que estarás hay para darnos tu calorcito que da vida.

21 septiembre 2015

Gracias

Hoy 21 de septiembre,  inicio una etapa de renovación, con muchas incertidumbres, con vacíos enormes, con el corazón roto.  Solo puedo dar las gracias por estos años maravillosos que tuve, solo puedo agradecer muchas cosas, no puedo decir más. Pero es un sentimiento horrible el saberse así.

No se si se lea esto, escribo con los sentimientos muy golpeados, con el corazón apachurrado,  pero con la idea de luchar, por mi, por esto que fue, por ti , hoy solo quiero dar el espacio necesario para valorarnos, y valorar lo que se tenía. Y con más sabiduría saber que hacer y con las acciones que queremos hacer para lo que sigue.

Los objetivos personales seguirán, mas otros que no había considerado quiero correr el maratón de Boston, quiero retomar lo de estudiar más, construir un patrimonio, crecer, pero sobre todo perdonarme, aceptarme, confiar en mi, quizá este es un evento doloroso para reinventarme y estar en mejores condiciones para estar juntos en ese proyecto truncado de vida. Si no fuese así, dar mis mejores deseos para lo que siga.

Estoy triste, no lo niego, extrañando, mucho, hoy es un día para tomarlo como una oportunidad, mejorar mucho, no somos víctimas, somos cazadores, venimos a ser felices y ahora a disfrutar esta etapa de reconstrucción para mi, me duele mucho, muchísimo, no saben cuanto, no guardo ningún rencor, solo puedo seguir trabajando, creciendo, creyendo en mis capacidades, ya lo hice hace semanas (maratón), puedo hacer mucho más, es tiempo de hacerlo.

No se si lo leas, quizá no, pero si... te amo y te doy las gracias por todo.

04 septiembre 2015

Bienvenida la era de los 42k



El inicio.

En agosto 29 de 2014 y después de varios años de querer hacerlo. Al fin tome la decisión de inscribirme a un maratón. La idea original era correr un medio maratón y después esperar y hacer uno completo. Pero desde que andaba en ese proceso, tenia casi terminada mi inscripción del medio maratón (jamás había pasado de 15k en toda mi vida de corredor, jamás pasaba de carreras).  Tengo amigos que corren, y tengo algunos que corren maratones, que contaban historias de cómo vivían sus carreras, y si valorabas el esfuerzo pero algunas otras cosas no te hacían sentido como simple mortal.

Mis antecedentes en el deporte es bastante variado, fútbol, americano, fútbol rápido, pesas, jogging (jaja antes lo refería de esa forma, ya que comparándolo a lo de  hoy veo que trotaba en ese entonces) y una primer etapa como corredor (2007 a 2010). Siempre he sido de la idea de mantenerme haciendo ejercicio, tengo la intención de llegar a una edad madura como un auto clásico, lo mejor cuidado y funcional posible.

Entonces, tome la decisión. Me inscribí a dicho maratón, con muchas dudas al respecto precisamente por que desconocía lo que implicaba correr dicha distancia, escuchaba muchas ideas, frases, veías en las noticias lo que sucedía con algunas personas que en el mejor de los casos abandonaban o simplemente perdían la vida en el intento. El maratón siempre me sonaba en mi pasado como inalcanzable, muy complicado, simplemente no era algo que pudiera hacer. Para de mis diversas razones de prepararlo y correrlo era buscar un reto lo suficientemente titánico para emprender y lograrlo. Entonces cancele mi inscripción al medio maratón de la ciudad de México y pensé, “ya estoy aquí”, “hagámoslo” . Entonces me inscribí, me emocionó mucho el anotarme y contarlo a mis amigos y/o conocidos. Voy por el maratón. Naturalmente recibí comentario del estilo “¿estás loco?, ¿tú?, ¡wow, que padre!. Comentarios de todo tipo a favor y en contra, respetables los comentarios. Pero en ese entonces iniciaba mi idea y/u obsesión de hacer un maratón.

Entonces se dio el maratón de 2014, pase por la ruta en Insurgentes, muy cerca de la Roma. De entrada me tocó un caos vial para poder acercarme, y que decir para moverme hacia Periférico Norte. Pero logré estar unos 10 minutos viendo a los corredores pasar, viéndolos y contagiándome de lo que quiera ser en un año, estar como ellos.

Al lunes siguiente inicié mi entrenamiento ,use los tenias que tenia, un pants de algodón, mi iPod y unos audífonos. Cabe señalar que en junio de 2014 corrí la primer carrera de La Salle, pero me fue fatal con solo 5k y más de 35 minutos por más rápido que pude ir. Entonces sabía que tenia que trabajar mucho. Comencé, al principio no corría mas de 3 días a la semana, luego paso a 4. Y el kilometraje y ejercicios de entrenamiento no eran lo suficiente para un maratón pero si para iniciarme en esta “aventura”,  que desde ese entonces así me refería a todo este proceso. Me pedí dos cosas de esto, que tendría la humildad suficiente para aprender desde cero, y disfrutar de todo el proceso.  Entonces decidí buscar bibliografía, siempre pensé que el objetivo sería cumplido con mi aprendizaje y consejos que vaya recibiendo.  Recordé que tenia varios libros que iba adquiriendo pero uno fue mi libro base “El libro del corredor” de Jeff Galloway, fue el libro que tome como base para todo este proceso más todo lo que sume. Dicho libro explica desde que uno es un trotador mortal, y es cierto, al principio no le creía, pero muchas cosas que describe el libro sucedieron, desde el como uno se viste al iniciar (pants largo, playera de algodón, algo más para taparte y una chamarra), hasta la parte actual (un short, una playera, el gamín y lo tenis). Dicho libro explica lo que sucede en tu cuerpo al correr, a nivel químico, a nivel fisiológico, a nivel mental. Es un libro muy completo que aunado a un consejo de mi amigo Arturo (múltiple maratonista) me aconsejaba: “escucha a tu cuerpo” me dio la base de inicio a todo esto.

Entonces y para bien de los vendedores de ropa deportiva, tuvo que venir la inevitable compra de equipo deportivo para correr. Cualquiera puede correr, cualquiera con la ropa adecuada puede salirse a correr, pero para el objetivo que buscaba, si era necesario comprar algo más acorde a. Entonces compre tenis, shorts, playeras, pulsómetros, más tenis, más playeras, y cada vez crecía el equipo, para frio, lluvia, calor y todo lo necesario para correr, esto fue sucediendo a través de todo el proceso aclaro.

“El sope”

A principios, corría en el Naucalli (Satélite) todo los fines de semana, entre semana corría por mi casa, pero veía cada vez más la necesidad de correr entre semana si quería llegar a mi objetivo. Entonces inicié a ir a la segunda sección de Chapultepec, a la pista del “Sope”. La pista tiene 2k, y desde que llegabas al lugar, el sonido de la arcilla al ser pisada por los corredores, era algo que me hacía pensar, que era el novato en tierra de veteranos. Recuerdo el primer día, no sabía que onda, como se llegaba, donde cambiarme, que hacer. Recuerdo que mi primer entrenamiento, desgasté mucho los tenis viejos que llevaba, y acabe molido con solo 6k, era algo diferente, entendí en ese entonces que ese era un buen lugar para entrenar, y que los fines debía buscar muchos lugares para entrenar. Entonces el comencé a frecuentar la pista casi todos los días (en un principio con 2 días a la semana bastaba, llegue a ir hasta 6 días a la semana), diario llegaba y pacientemente hacia de 8 a 16k pero con la sensación de incertidumbre, en el sentido de que si lo que hacia era lo correcto, entonces me acercaba a otros corredores que se veían con más forma, me explicaban muchas cosas, y algunas me hacían sentido conforme también leía mi libro. Pero seguía en mi postura humilde, por aprender y adentrarme a este mundo.

 
Entonces “el sope” se convirtió en un lugar que frecuentaba mucho, me gusto mucho la pista, recientemente deje de ir por las obras de remodelación, pero vaya que es un magnifico lugar para entrenar. Comencé a variar la ruta, los espacios que recorría, hacia toda la sección del bosque, hacia el centro hípico, la feria, los lagos, el papalote, constituyentes, hacia el panteón, hacia el castillo, prácticamente disfrute mucho el hacer todo esto, conocí el bosque, disfrute mucho el ir a esa zona de la ciudad, pero lo que no sabía es que pronto descubriría a mi verdadero enemigo natural. Resulta que la arcilla de la pista me afecta de forma agresiva a mis pulmones, gracias a un neumólogo que una compañera del trabajo me facilitó, encontramos que lo que pensábamos que me sucedía de Asma-bronquial, era una alergia al polvo y sumado a la contaminación ambiental de la CDMX, el resultado se da en automático.  Dicha alergia me retiró por 26 días, donde no pude hacer absolutamente nada de ejercicio, perdiendo días valiosos de entrenamiento. Fue horrible sentir que el tiempo pasaba y la meta se alejaba en ese entonces (todo este año fue aprender mucho), no dudo que cambiaron cosas, de hecho no me fue posible asistir a mi primer medio maratón en enero, que a la distancia considero que aún no estaba listo para hacerlo tranquilamente.

Hoy el sope es un lugar que disfruto mucho, agradezco tener espacios así en la ciudad, pero también entendí que debía entrenar en una diversidad de espacios posibles, entonces busque muchos lugares como el bosque de Tlalpan, el mismo Naucalli, Ciudad Universitaria, Viveros, entre otros, la intención era hacer a mi organismo a prueba de cambios y texturas en el terreno a competir. Eso lo considero un acierto, mis pies se adaptaron muy bien a las circunstancias, al grado de que rara vez me duelen o me sale una ampolla, no se si sea por otra razón pero el buscar todo tipo de terrenos ayudó.




Agradezco mucho los paisajes, muchos muy hermosos o inspiradores, en todos lados donde se podia corría, siempre cargaba un par de tenis y una muda en la cajuela del auto. Adicionalmente a esta idea, ningún caracol fue aplastado por mi pisada, todos los que me encontraba al entrenar fueron salvados :). 

Lección de humildad

En septiembre de 2014, se corrió la que fue mi primer carrera dentro de esta aventura, mi retorno oficial, la de La Salle no contó por que nunca prepare esa carrera, medio corrí algunos días previos y ya. Estuve muy nervioso ese día, dormí poco, mis papás y mi novia me acompañaron, pude ver a mi amigo Arturo para la foto. Salí nervioso,  no competía en una carrera de 10k desde 2010,  de pronto la arrancada, me llego una sensación que no tenia desde los kart, un tipo de adrenalina para empezar una carrera, pues iniciamos. Fue una carrera bonita, la disfrute mucho, llegamos sin problemas a la meta y en general le tomé mucho cariño a la carrera, espero repetirla este año.

Me sentí muy bien, hice menos de una hora, un buen tiempo considerando mis condiciones, me comencé a sentir muy confiado, corría en ayunas,  dormía lo que las fiestas o la vida laboral permitía, a veces mal comía, entre otras cosas. Entonces una semana previa al Corona Capital, no cene la noche anterior, no desayune, pensaba correr en el sope, pero acabe en el Naucalli, pensaba hace 15k como máximo, sentí confianza y comencé a correr hasta hace 21k en mucho tiempo, cabe señalar que inicie a las 11:00 am,  sin alimento alguno, entonces viví lo que semanas después entendí que pase lo que en el maratón es el muro, en ese entonces pensaba que era otra cosa, resulto que hice un esfuerzo muy grande para mi en ese entonces, brinque irresponsablemente de 10k a 21k sin hacer un proceso de adaptación. Por alguna razón tuve suerte de llegar todavía manejando a casa, pero al llegar, me desplome, en una escena llena de sensaciones horribles, sensación de mareo, cansancio extremo, entre otras cosas que sientes que desfalleces, se me ocurrió decir  en casa “y esto es solo la mitad de lo que pretendo”,  no paso la escena de tomar algo con mucha azúcar, un electrolit (que es mi lifesaver desde entonces cuando es requerido), y fue una lección muy fea pero lo suficientemente clara para dejar el mensaje “el maratón es un tema muy en serio”. Deje pasar días para recuperarme, pensé muchas cosas al respecto, pero me quedo bastante claro que mi vida se jugaría si no me preparo bien para el maratón, seria otro de esos casos que salen en las noticias, que haría pasar un mal rato a mis seres queridos. Entonces tome con más seriedad el asunto.

El aprendizaje.

Tenia claro que debía hacer kilometraje,  acumular experiencia y hacer todo lo necesario para enseñar y adaptar al cuerpo a semejante cosa. Comencé a acumular kilometraje, debía hacer de 80 a 100 kilómetros semanales para poder llegar a la justa con rodaje. Acumular experiencia, corrí 4 medios maratones, obviamente en el primero iba muy agobiado, por que en tiempos de entrenamiento era demasiado lento pero en competencia ya sea por la adrenalina o alguna otra causa, mi velocidad era bastante aceptable, pensando en que no bajaba mucho de peso, aunque en ese sentido inicie el proceso con 92 kilogramos, a semanas previas del maratón pesaba 82 kg. , esos medios maratones me daban cada vez más confianza, ya no vivía episodios de espanto, y era claro que mi jugada debía ser el acostumbrar a mi cuerpo a semejante distancia, entonces inicie con los rodajes largos. El primer rodaje largo fue pasar de 21k, hice 25 kilómetros, comencé desde mi querido sope hacia el zócalo de la CDMX; vaya que fue muy pesado, como que un factor emocional comenzaba a suceder, ya que en esa zona de la ciudad iniciaría el capitulo final de esta aventura. Vaya que aprendí mucho durante estas salidas, cada vez me aventuraba por más distancia, análogamente como si fuese cada vez más a mar adentro, a lo desconocido, cada rodaje largo era una experiencia y un nuevo reto para mi, dado a que incrementaba las distancias sin llegar a cubrir la distancia final, de algún modo quería vivir la experiencia de correr un maratón, siempre reserve ese momento para el gran día. En todo momento fue aprender algo nuevo para mí, desde el como organizarme, el como administrarme, el qué comer, el tratar de descansar más, el no beber en las pachangas, muchas cosas que se fueron dando. Pero sobretodo, el descubrimiento de mi persona a cada paso o caída que tuviese en el proceso para lograr esta meta, enfrentando temores, sinsabores, de una forma entretenida y agradable, esto fue importante, era importante el disfrutar todas las actividades que debía realizar para este cometido.


El playlist.

Todo aquel que me conoce, sabe que la música es un tema serio en mi vida; como una coincidencia agradable, la temática del maratón de este año era relacionado con este tema el cual desde mis trece años me considero agradecido por tener dicha pasión. Aclaro que la música no fue la razón para correr un maratón,  lo hubiera corrido con cualquier otra temática.  Ahora retomando la parte musical, fue un gran acompañante, claro hice varios entrenamientos sin usar o escuchar música, pero se dio la oportunidad de que sea un espacio para escuchar música nueva, o discos que tenia mucho que no escuchara. Muchas carreras que serían algo nuevo para mí, buscaba de alguna forma que la música sea la correcta para acompañar el momento y/o contexto del recorrido, recuerdo mi primer carrera en esta nueva era, utilice todas las canciones que eran primordiales en la era anterior. En una carrera nocturna, opté por escuchar completo el Dark Side Of The Moon, en el cual fue una de las experiencias más gratas, pese a que ese día la corrí ya con la alergia presente y con un avance importante. La música, el radio, y todo aquel sonido inspirador fueron significativos en toda esta travesía.



El gran día.

Llego el gran día, dormí poco la noche anterior, no tanto por nervios, si no para evitar que me quedara dormido. Prepare todo lo que aconsejaban previo al maratón, dormí todo lo que pude, me distraje, visualice mi llegada,  me repetía a mi mismo “este día llegaremos a la meta, sin sustos, por nuestro propio pie y agradeciendo a la vida por este momento”. Semanas previas a esto, visite a mi “gordis” (mi abuelita qepd), fui a platicarle esta aventura, y lo que pretendía, prometiendo lo que previamente he compartido en estas líneas.

Desperté el 31 de agosto a las 04:00, desperté para leer dos textos inspiradores que había encontrado en un blog y de uno de mis amigos maratonistas, mis padres me acompañaron a la salida de meta, previamente había ido en tres ocasiones; seguramente los nervios comenzaban a aparecer. Llego el momento de despedirse, di un buen abrazo a mis padres, con mi promesa de que seria muy consciente de lo que estaba por ocurrir durante las siguientes horas en nuestras vidas.

Salgo finalmente a las 7:58, en mi bloque negro, el último bloque, sabiendo que este es el bloque donde es más factible que la barredora te levante y haga evidente de que no fue el día correcto para debutar. Salgo tranquilo e inicio el playlist en el iPhone; Shine on your crazy diamond  de Pink Floyd es una buena canción larga, sin alocarse y lo suficientemente relajada para que no me invada el sentimiento de velocidad. Pero, iniciaba el primer “detalle”, pasando el kilómetro 3, en sentido contrario (o sea al inicio), veo a la temible barredora,  la cual psicológicamente me hace pensar que ya nos va a levantar, entonces tomó la decisión (errónea a la postre) de incrementar mi ritmo. Comienzo a rebasar competidores, todos los que considero más lentos que yo, siento mucho disfrute de la ruta, pero, llegamos a mi coco, no se en que consista, seguramente es algo mental. En absolutamente todas las competencias donde debo cruzar por circuito Ghandi, algo me sucede, no se, es como un bloqueo o algo, entonces por el kilómetro 18 me vino un bajón de energía horrible, sentí un poco de mareo; obviamente era evidente de que mis reservas de glucosa se estaban agotando. Quizá si, quizá no, pero recordaba aquella mala experiencia de octubre del año pasado, me revoloteaban esas ideas, y justo en la zona donde por alguna razón algo sucede, entonces recordando el consejo de Arturo, opté por caminar un poco, y al ver el kilometraje (18k), tuve una de las etapas que tanto comentan: “¿cómo, aún falta mucho?”, me recupere y retome mi ritmo el cual me tenia con un tiempo acorde a mi rendimiento de las carreras anteriores, tomé la decisión de ajustar la estrategia, para recobrar energía dado al error del inicio, opté por seguir adelante sin perder el objetivo. Pasaban los kilómetros, mantenía un ritmo conservador para lograr la meta, mantenía un ritmo que siguiera avanzando bien, pero alerta de mis recursos, de mis reservas de glucosa. Debo señalar que de Gandhi al Castillo (los adoquines del mal), tuvo un cambio drástico en el ánimo de los corredores a mi alrededor, un silencio muy raro, tensión, una sensación diferente, de aviso, trate de no hacer caso, pensaba en ese momento en llegar a Reforma nuevamente (km 24), para ir poco a poco. La carrera la fui dividiendo en bloques de 5 kilómetros, y mentalmente funcionó, jamás quise pensar que faltaban 41 kilómetros o algo similar. Seguía avanzando, y llegamos a la Roma, el camino es estrecho, es complicado avanzar, entre los competidores que van más lento que uno, la gente que nos apoya y los despistados, se torna complicado moverse. Y finalmente, llegamos a Insurgentes; previamente a la carrera, pensaba que el llegar a esta parte, estaríamos cerca de tierra prometida, y si que se acercaba el momento, y llegamos al “mítico”, kilometro 32, sinceramente, no tuve nada raro, quizá por que en el 18 sucedió un cambio de fuente de energía, no lo se aún, lo que si era evidente es que mi ritmo ya no era el de los primeros 25 kilómetros, entonces debería de dosificarme aún más, pero el ver que estaba a menos de 10 kilómetros de lograr la meta me alentaban a avanzar pese a que la ruta comenzaba a tener una leve inclinación se comenzaban a ver todas esas escenas que te cuentan, lees o escuchas en las noticias, corredores caer, vomitar, siendo detenidos por el muro. Mentalmente pensaba, no me sucederá por que quiero ser consciente de todo y cuidarme para llegar bien a la meta. Cada paso era más difícil que el anterior, ya comenzaba a caminar por tramitos para mantener el paso, era complicado; más adelante se vislumbraba el kilómetro 37; al revisar el garmin, noté que ya media 37.8 kilómetros, entonces caí en la cuenta de que no iba por 42, sino por 43 kilómetros. La música seguía acompañándome, poniendo canciones en buen momento, y que muchas de ellas fueron parte de mi soundtrack de esta aventura.  Regresando al kilómetro 37, sonaba a la distancia una ambulancia, evidentemente había sucedido algo, yo esperaba que no fuese algo malo, que lamentablemente lo fue.

El kilometro 40 se aparecía, y era cuando más pensaba en que la gloria se acercaba, mantuve un paso más ágil, comenzaba a sonar el balcón del cafeta, canción que me recordaba a mi abue, pensaba que me acompañaba y al fin. Ciudad Universitaria, y por ende la meta y mi familia me esperaban, intente rebasar a mas competidores, al final opté por llegar sereno, agradecido de todo el aprendizaje que tuve en este año de mi vida, llegue, cruce a la meta, y agradecí gordis, a quien mucho de este logro fue dedicado. Vi a mi familia, o mejor dicho ellos me vieron cruzar, sus almas descansaban, después de 5 horas lo cual tardé en llegar (estimaba hacer 4), mi sonrisa era evidente, lo logré, hice mi primer maratón, aún no se si soy otro, aún no me la creo en este día que continuo escribiendo este larguísimo texto, tan largo y extenuante como un maratón. Hoy viernes que ya ando cerrando este texto, me voy enterando que no corrieron más que 10’000 corredores la distancia completa, se entienden algunos espontáneos en la ruta, algunos que se salen a medio camino por que solo van a probar la ruta. Pero no comprendo a todos esos que solo corrieron una parte de la ruta para cruzar la meta y recibir su medalla, eso es un reflejo de cómo estamos de fregados en esta sociedad, se ve como algo cool, algo casual, algo para el  selfie para el Facebook. Creo es que este punto depende de cada quien, cada quien que se hace güaje al respecto.

Gracias

Doy gracias por que pude preparar este enorme reto que acabo de lograr, es titánico, muy complejo, ser de esos 10’000 que si corrieron completa la ruta, que como muchos maratonistas novatos; nos aventuramos a lo desconocido, a los límites del cuerpo, de la mente y del corazón. Leía muchas frases al respecto de cómo correr un maratón “con las piernas, con la mente y con el corazón” (en esas tres fases), y si creo que es así, viví la experiencia más retadora que recientemente he tenido, tiene muchos significados, de entrada el correr en mi ciudad, el cerrar en Ciudad Universitaria, lugar que marco una parte de mi niñez; es el resultado de lo que he enfrentado en años recientes (un paro respiratorio, apendicitis aguda/peritonitis,  asma, entre otras cosas que se han ido superando), recuerdo cuando en 2013 tenia que pararme de mi cama en el hospital donde debía caminar algunas vueltas, en un tramo del hospital, en algunos momentos comenzaba a tratar de mejorar mis vueltas con todo y las dolencias que tenia y logré hacer un convencimiento interno para sacar las cosas, esto ha funcionado actualmente, para este maratón me visualice llegando entero, justo cuando aquella vez que estaba por ser operado, me visualicé de la misma forma, caminando por mis propios medios.



Doy gracias a toda esa gente que a través de la ruta, desinteresadamente se desmañanaba con nosotros, nos ofrecía con el corazón aliento, un dulce, fruta o las palabras necesarias para no desistir en tan complicado reto, de hecho en la foto donde muestro mi merecida medalla, tiene algunos dulces que decidí conservar como símbolo de que aún existen las buenas personas. Hoy escuche una idea fabulosa acorde a la fiesta del maratón, la idea era “al ver a tanta gente haciendo su tarea para apoyar y sacar el maratón adelante, me hace pensar que en México nos hace falta mucha más gente de esta, tanto corredores como gente así”. Si lo creo, y mucho de verdad gracias, hasta por los kleenex, las palmadas, un abrazo de una chica por el kilometro 31, las palabras de una señora en el camino, las sonrisas de los niños al verte y ofrecerte con sus manitas una gomita de lombriz – de esas ninguna quedó, todas me las comí J”, los policías que se cruzaban a levantar a los corredores, a dar masajes, los de la vaselina que daban, los masajistas espontáneos, en fin, a todos ellos que nos apoyaron en la ruta, muchas gracias.



Agradezco a mis gordos (mis panchos, paternos pues), a mi hermana, Fernanda y a Juanito, a mi Vira, a los amigos (ustedes saben quiénes son) que me apoyaron; por su paciencia durante este año para preparar este proyecto, por la paciencia y la empatía para comprender lo importante que era esto para mi y permitirme hacer lo necesario, por preocuparse por mi, por cuidarme cuando tenia dolencias o me sentía mal, por respetar el proceso, algo que fue importante, por acompañarme a cada una de las carreras de preparación que pudieron acompañarme, por las desmañanadas,  las comidas, los apapachos, todo eso se agradece y parte de este logro es gracias a ustedes. A mi “gordis” donde quiera que estés. Los amo.



Gracias a todos esos que me inspiraron ya sea con su experiencia y/o ejemplo, a Arturin, a Carlitos (shake), Maggies, a todos esos señores del sope o de mi salvaje ruta de los fines que me compartían su experiencia, todo eso sirvió y fue valorado. Ya los alcanzaré, es mi idea, seguir corriendo.

También debo agradecer a mis detractores, o aquellos que cuestionaban este tema, si sería real, o solo era algo por alguna otra razón el hacer este aventurado trayecto, aún no se cuantos años esté en esta etapa de mi vida, me gusta correr, disfruto el sonido de la pisada, el sentirme libre por unas 2 a 4 horas, el poder pensar muchas cosas, el disfrutar a la lluvia en mi cara, el sudor en el cuerpo, incluso los dolores de las lesiones, los disfruté todos y cada uno de esos momentos. Mi idea es seguir en este asunto, ya estoy con el compromiso de 2016, 2017 y 2018, con la intención de seguir mejorando, de mejorarme y renovarme a mi mismo.

Finalmente, si llegaron al final de mi enorme relato, gracias por leer mi experiencia, quería compartirlo con ustedes.